martes, 18 de mayo de 2010

Desde el fin del mundo

…También puede ser el comienzo, todo depende desde dónde se lo mire. La cuestión es que estamos en Ushuaia.

Pero para llegar a Ushuaia dimos unas vueltitas. Bordeamos todo el Lago Gral. Carrera y cruzamos a Argentina por el paso Chile Chico-Los Antiguos.

Pao en el Lago General Carrera

La idea original era bajar por la ruta 40, pero de ésta nos bastó unos kilómetros de ripio para dar media vuelta y volver a cruzar toda la provincia de Santa Cruz hasta retomar la ruta 3, son más kilómetros pero de asfalto y así cuidamos a Blanquita que se anda quejando de los amortiguadores y la dirección.


Atardecer en la Ruta 40

Va y viene de Este a Oeste y viceversa, el Google Maps se está volviendo loco. Se podría pensar que fue por una alucinación producida por un salmón que le compramos a un camión/pescadería ambulante, olvidando un poco mi pasado vigilante ahí nomás, sin pedir certificado de procedencia y demás papeles le compramos un kilo de salmón que estaba muy barato (demasiado) y lo cocinamos esa misma noche. Lo cocinamos dentro de la camioneta porque había mucho viento. Demás está decir que a partir de ese momento todo olió a salmón (almohadas, camperas, sábanas, etc.). Hasta ahora no hay secuelas significativas.

Una de las cosas que más nos gusta hacer es escuchar las radios locales. Pasan noticias del lugar y sobretodo mensajes del estilo “a la estancia La Carmen que encierren a las ovejas y corderos”, “a Don Atilio que su hija tiene dolor de estómago, que pasen por la escuela” y “a Irene que Horacio se toma el micro de las 11 que lo vaya a buscar a la ruta”. Así fue como descubrimos un programa de música mejicana que lejos de ser una rareza es muy escuchado en el sur de Chile. No se si fue por alguna colonización de mejicanos pero esta música la pasan por todos lados y a toda hora. De muestra van estos minutos de “Méjico de mis amores” que lo transmiten por Radio Ventisqueros (¡¡¡el conductor alterna música y chistes magistralmente!!!).

Chiste y cortina musical


Chiste de gallegos


De la Ruta 3 no hay mucho que contar, mucha estepa, mucha oveja, choiques y sobretodo muchos guanacos (ni lo piensen, aunque estaban al costado de la ruta no se nos cruzó la idea de comernos ninguno, son preciosos).

Ya en Tierra del Fuego infaltable pasar por Tolhuin y no entrar en la panadería La Unión. Podés encontrar tucanes arriba de la heladera de bebidas, resulta que el dueño tiene una pajarera gigante calefaccionada; con tucanes, papagayos y aves exóticas dentro de la panadería.

También está lleno de fotos de personalidades (actores, músicos, deportistas, políticos, etc.) que pasaron por el lugar, sobre todo las de Graciela Alfano, a quien el dueño le escribió un libro e hizo que la Alfano fuera hasta Tolhuin, sacarse fotos y ser la madrina de la Panadería.

Capítulo aparte merece la discusión que tuvimos por varios kilómetros con Agu sobre la foto de Piñón Fijo sin maquillaje, yo que no quería descubrir su identidad y él que la quería publicar. ¡Quedate tranquilo Piñón que yo te defiendo!

Piñón, zafaste!!!

En Ushuaia estamos parando al lado el ex presidio (no adentro) que hoy es museo. El lugar es ideal, está a dos cuadras del centro, a una del cine, el estacionamiento es libre y por las noches nos cuida la guardia de la Base Naval Argentina. El detalle que se nos escapó es que está al lado de un gimnasio muy coqueto. El otro día vino la dueña y nos pidió si nos podíamos correr porque le estábamos perjudicando el negocio. ¿¡Nosotros!? Será que le estamos desmotivando a la clientela cuando nos ven tomar mate con alfajorcitos Jorgito. Para no entrar en malas relaciones con los vecinos nos corrimos. ¡Ya va a ver! Después le metemos una denuncia por ruidos molestos por las clases de Body Pump que nos despiertan a la mañana.

Tan bien ubicados estamos que el sábado se largó una carrera desde la puerta de nuestra “casa”.

Maratonista infiltrada

Ayer volvimos del Parque Nacional Tierra del Fuego en donde recorrimos sus hermosos senderos. Sin esperarlo vimos más lobos marinos que en Península Valdés.

lunes, 3 de mayo de 2010

Carretera Austral

El destino obligado al llegar a Esquel fue el Parque Nacional Los Alerces. Descubrimos un camping hermoso sobre el Río Arrayanes y ahí hicimos base para las excursiones.

Aquí la tradicional mascota de camping no fue un perro sino un confianzudo caballo.

Los paisajes son hermosos y se le añadió el hecho de que como es temporada baja no hay casi nadie. Luego de 4 días nos volvimos para Esquel para reaprovisionarnos y hacer algunos arreglos necesarios a la camioneta antes de partir a Chile: una filtración en la claraboya y el desagüe de la pileta tapado.

En la frontera de Chile son estrictos con la entrada de productos frescos al país. Nos quedaban huevos, papa y medio chorizo colorado así que salió un desayuno a lo yanqui y nos clavamos una tortilla a las 10 de la mañana.

La carretera Austral une todos los poblados del sur de Chile que antes estaban prácticamente incomunicados y atraviesa una de las zonas geográficas más accidentadas del mundo. Se terminó recién en 1996 y se usaron 500.000 kg de explosivos y se construyeron 3000 m lineales de puentes. Todas las personas que conocimos que habían hecho el camino nos lo habían recomendado. Todas esas descripciones se quedaron cortas. Los paisajes son increíbles y encima cambian a cada rato. Pasamos por selvas, bosques, saltos de agua y cañadones. Como dijo Pao: -Si te dieran todos los elementos con los que se forman los paisajes para que los combines como te parezca no podrías hacer algo tan lindo como esto. Les recomiendo que vean el resto de las fotos: click aquí.


Es muy común que los animales estén sueltos en la ruta. Esta vaca pudo haber tenido el mismo destino que los choclos y las cebollas pero un mail muy oportuno nos alertó que eso es cuatrerismo, así que zafó.

La vaquita agradeciendo el mail de Marina


En Villa Santa Lucía levantamos a Teresa que estaba haciendo dedo. Como nosotros vamos MUY despacio y mate de por medio tuvimos tiempo de que nos cuente de la forma de vida de los chilenos. Había preparado dulce de rosa mosqueta y sacó un frasco gigante de dulce. A mí me fascina y al ver mi cara nos invitó a su casa y nos dio parte.

El ripio de la sección norte de la carretera es malísimo y como nosotros queremos cuidar la camioneta avanzamos muy lento. Un día hicimos 70km solamente, diga que no tenemos apuro.

En esta parte de Chile abunda la madera. Las casas son de madera y como el gas envasado es caro usan leña para calefacción. En los pueblos ves una nube como de smog y al atardecer cuando aumenta el frio y más queman te pica la nariz por el humo.

En Puerto Aisén, una ciudad costera, veíamos por todos lados los carteles mostrando la dirección de evacuación en caso de tsunami. Esa noche dormimos en el estacionamiento de los bomberos. Al día siguiente fui a cambiar dólares y Pao se quedó en la camioneta. Cuando había hecho dos cuadras empezó a sonar una sirena muy fuerte de esas que se escuchan en toda la ciudad. Yo me dije: el tsunami. Así que sin perder la calma volví rápido al estacionamiento donde estaba Pao. Al verme llegar los bomberos se reían de manera que me tranquilicé. Supongo que era algún tipo de simulacro. Yo por las dudas no pregunté para que no se hicieran más el plato conmigo.

Ahora estamos en Puerto Río Tranquilo. Hicimos una excursión a Las Catedrales de Mármol: unas cavernas sobre la costa del lago que se formaron por la erosión del agua sobre la roca.



Luego de varios días de lluvia (tantos que ya perdimos la cuenta) el pronóstico decía que para el domingo se iba a despejar. Decidimos quedarnos un día más en Puerto Río Tranquilo para hacer la excursión del Glaciar Exploradores que queda a 50 km de la villa. Partimos temprano con buen tiempo y rogando que no cambie ya que si te mojas en el glaciar el guía nos aseguró que pasás mucho frío. A mitad de camino nos encontramos con que un río que bordeaba el camino se había desbordado y no se podía pasar. El conductor no se achicó y con sus pies aplanó un poco el desnivel y se mandó con la camioneta.

Unos 20 minutos después estábamos iniciando la caminata que duró unas 6 horas. En el grupo éramos nosotros dos, Ana de Francia y Mauro de Italia. Al ser tan pocos se pudo disfrutar mucho más. El día fue el mejor que nos tocó en los 10 días que estuvimos en Chile. Caminar sobre el glaciar es espectacular y pudimos ver las cavernas de hielo.